miércoles, 2 de marzo de 2011

50 +/- 1

Se abre la sesión de la asamblea, dijo el supremo magistrado, estamos votando para negarle voz y voto al estimado compañero X. Los que estén a favor levanten la mano, la mitad. Los que estén en contra, la mitad.
...
Dijo X, si se me permite, deseo votar en contra.

Desección Decepción

Ahí estaba él.
Con el cuchillo en la mano.
Ahí ella.
Dispersa en nimios fragmentos.
Él lloraba.
La cebolla había ganado.

Caridad de un egolatra suicida

No. Pierde más el mundo.

Las casas

Dijeron que estaba loco cuando empezó a construir una casa en el mismo inmenso terreno en el que ya tenía la suya. Loco, además de ambicioso, presumido, derrochador.

Lo llamaron loco, cuando se dieron cuenta que ésta era exactamente lo mismo que la otra.

Los mismos tres pisos, la misma cantidad de cuartos, la misma orientación, los mismos materiales, los mismo detalles.

Fue loco también cuando lo vieron pasar todas y cada una de sus cosas, de una casa a la otra, para ser acomodadas de igual manera, como si una copia estuviera haciendo.

Loco

LOCOLOCOLOCOLOCO

Y a él no le importó.

Mas bien, les dio razones para tenerlo por seguro.

Construyó, poco a poco, cuatros muros inmensos, uno a cada lado de su casa, como si de una fortaleza se tratase, y los hizo tan grandes que cuando estuvieron construidos, la desaparecieron por completo.

Todo esto lo hizo durante la sequía, mientras todos ahorraban y lo tildaban de loco y otras cosas peores, por esa empresa inútil a la que se había lanzado.

Pero, llegaron las lluvias.

Y anegaron el cuadrado que albergaba su casa, que había sido hecho tan fuerte y resistente, que no cayó, ni el agua escapó de él.

Así, cuando el agua empezó a rebosar, él simplemente subió por las escaleras que había construido por la parte externa de las paredes, y se lanzó dentro.

Loco, y además suicida dijeron.

Pero este loco, para el desconocimiento de los demás, disfrutaba nadando por dentro de su casa.

Nadaba en su sala, y nadando se iba a su comedor. Nadando subía escaleras, y llegaba a sus habitaciones, nadando las recorría. Nadando subió a su techo para desde ahí, nadando, lanzarse a repetir la jornada.Sabía lo que era ser un pez.

Era un pez.Pez, no loco, como todos creían.

O tal vez sí.

Lo único que este loco lamentaba, era, que los hombres no supieran volar y que no se pudieran construir casas en el aire.